La historia de amor entre la ginebra y la tónica viene unida al mundo castrense en la exótica India del siglo XIX. Nos vamos al origen de la tónica, al año 1783, cuando un joyero alemán, Johann Schweppe, que residía en Suiza se le ocurre introducir anhídrido carbónico en el agua embotellada. Con el éxito del producto la empresa que crea, Schweppes, se traslada a Londres. El siguiente paso fue la adicción de frutas para darles diferentes sabores, creando las sodas de frutas.
En 1870, la compañía Schweppes se le ocurrió añadir quinina a su soda de naranja carbonatada dando origen al agua tónica, bebida que además de refrescar combatía el paludismo. La quinina también era excelente para combatir la malaria por lo que la tónica fue llevada a la India, donde los ejércitos de Su Graciosa Majestad cuidaban que los nativos fueran obedientes súbditos, como bebida medicinal y refrescante ya que la malaria hacía estragos.
Lo malo era que la quinina daba un sabor demasiado amargo al refresco por la gran cantidad que le ponían y un día alguien del ejercito inglés, posiblemente un ocioso militar en un relajante Club de Oficiales, se le ocurrió añadir ginebra en la tónica, y sin saberlo creó uno de los combinados mas bebidos en el mundo: el Gin-Tonic (G&T). Ginebra, por cierto, que es un invento holandés y no inglés como muchísima gente cree.
Si elaborar una simple tortilla de patatas tiene mil variaciones dependiendo del gusto de los comensales, que si poco hecha, en su punto, muy hecha, con o sin cebolla, de tal grosor, cantidad de sal, con chorizo etc., un G&T es un mundo que aun se ha hecho más grande con la invasión de ginebras de importación que han llegado. Con la premisa de que para gustos colores, voy a desarrollar lo que personalmente considero un buen GT, tanto en su elaboración como en su presentación.
Muchas veces los pequeños (grandes) detalles estropean un buen trabajo y en este apartado podríamos catalogar el hielo, el vaso y la fruta. Si estás en una zona donde el agua tiene mucho sabor a cloro o no es buena, sería conveniente tener una hielera con agua mineral expresamente para tus combinados “on the rocks” ya que en el momento de que ese hielo se derrita aportará su sabor al combinado. Hay casos extremos, como por ejemplo, Ciudad de Méjico. Si viajáis allí hay que tener mucha precaución de donde tomáis un combinado con hielo porque puede que en el momento que el agua se derrita y te la bebas, te haga experimentar lo que “la Venganza de Moctezuma” hace en el cuerpo de los turistas. Una venganza que hará “del Roca” tu amigo inseparable durante días. Por cierto, que “La Venganza de Moctezuma” es conocida en Asia como “La Dama de Nueva Delhi”.
La cantidad de hielo, cuatro lo considero la justa siempre que sea de esos hielos grandes y sólidos.
Otro pequeño gran detalle es el vaso. La ginebra es aromática, a veces mucho, por lo que requiere un vaso o una copa de boca ancha y a ser posible, cristal fino. Lo que se debe de evitar es el vaso de tubo.
La fruta, tiene dos funciones, la decorativa y las más importante, la “aportativa”. La fruta debe aportar aroma al GT, nunca sabor. Hay consumidores de GT que añaden además un chorrito de limón, cosa que a mi parecer es errónea porque le da demasiada acidez y le quita burbuja a la tónica por la acción del ácido cítrico de la fruta en el carbónico de la tónica.
Pero como ya dije antes, para gustos colores. Personalmente, soy de lima y no limón y de cascara, no de rodaja. Cáscara que antes de introducirla en la copa la doblo y la paso sobre el borde y el hielo para que suelte esas diminutas perlas del aceite de su piel. Pero, dependiendo el tipo de ginebras le podemos añadir una pequeña cascara de pepino, de mandarina, unos pétalos de rosa, una rodaja de jengibre, regaliz, hojas de menta, semillas de cilantro o sin la piel un trozo de manzana o de calabaza, por ejemplo.
Ahora nos quedan los dos grandes componentes del coctel, la tónica y la ginebra.
Podemos elegir la Schweppes de toda la vida o decantarnos por las nuevas llegadas al mercado con la coletilla de “premium”: las inglesas Fever Tree y Fentimans o la americana Q-Tonic. ¿Qué tienen de especial estas tónicas? Que sus componentes son naturales evitando estabilizantes, conservantes o acidulantes artificiales. Por lo tanto, la quinina es natural, con sus muchas propiedades medicinales. También posee una burbuja más fina que la clásica.
Los precios en tienda van desde el euro o euro y algo hasta los alrededor de 4 euros de la Q-tonic. Para mi ésta última no tiene una buena RCP.
Y ahora está la pregunta del millón ¿Qué ginebra?
La ginebra se divide en tres grandes grupos:
• Normal: Con alcohol de calidad normal a la cual se colorea o aromatiza con productos artificiales.
• Destilada: Su alcohol es de calidad Premium y en su elaboración se utilizan ingredientes botánicos pero pueden contener colorantes o aromas artificiales
• London Gin: Su alcohol es de calidad Premium y su elaboración se realiza exclusivamente por la infusión de los ingredientes botánicos en su proceso de destilación. Por lo tanto sus aromas son totalmente naturales. Aunque tiene la palabra “London” no implica que no se pueda elaborar en cualquier otro lugar.
Lógicamente el precio va en consonancia con la calidad de la ginebra, por lo que las London Gin, son las más caras.
¿Y marcas? Uff esta pregunta es la madre del cordero. Yo no me atrevería a decir que tal o cual es la mejor. Por lo tanto vamos a poner por criterios de gustos la recomendación de algunas marcas. No serán todas las que son, pero se intentará que sean todas las que están.
Aromáticas: Martin Miller (UK), Bulldog (UK), Tanqueray Ten (UK), Whitley Neill (UK)
Muy Aromáticas: G’Vine (Francia), Magellan (Francia), Citadelle (Francia)
Secas: Junipero Gin (USA), Plymouth (UK), Seagrams (USA), Broker’s (UK), Zuidam (Holanda)
Atípicas: Gin Mare (España), Aviation (USA), Bloom (UK), South (Nueva Zelanda), Brockman's (UK).
Ya tenéis, entre tónicas, ginebras y frutas, un amplio abanico para experimentar en las noches veraniegas. ¡Cheers!