lunes, 3 de enero de 2011
Santo Tomé, Bendito Mazapán
Quiero empezar este nuevo año con un descubrimiento que mi amigo de Éibar Robert me ha descubierto. Y no, no es nada de la excelente cocina vasca, es una marca de exquisitos mazapanes toledanos. Y tengo que decir que yo no es que sea de dulces pero cuando me abrió la caja y los vi, no dudé en probarlos. Absolutamente memorables, nada dulces, con la almendra bien presente, delicadísimos de textura, en fin, una pasada. La marca se llama “Santo Tomé” y son obradores de mazapán desde 1856. Del precio nada os puedo decir, excepto que sea cual sea, lo vale.
Y ya que estamos con el mazapán he indagado algo sobre su origen y el por qué de su unión a la Ciudad Imperial. Como siempre que se investiga en el remoto pasado hay varios padres de la criatura y como casi siempre, hay una versión donde los italianos se ponen la medalla, esta vez gracias a una versión siciliana. Yo me decanto por la versión de que el mazapán es de origen árabe con el vocablo “mahsaban”, ya que en “Las 1000 y una noches” ya sale referenciado siendo una mezcla de almendras y frutos secos. Bien es cierto que le daban unas características “mágicas” como el Viagra de su época ¿también ellos tenían stress?
Parece ser que el padre del mazapán apareció en la península Ibérica en el siglo XI, pero cuando se hizo famoso fue sobre 1150, en pleno reinado de Alfonso VII, donde a una pasta de azúcar y miel le dan el título de “Postre Regio”.
El origen del mazapán como lo conocemos actualmente se dice que fue creación de unas monjas del Convento de San Clemente de Toledo, que durante una hambruna debida a la escasez de trigo por la guerra contra los moros (aunque no sea políticamente correcto, nos llevamos zurrando con ellos desde hace mucho… y por ahora estamos arriba), utilizaron los únicos ingredientes que disponían en sus alacenas: almendras y azúcar. A los enfermos del Hospital de Santiago, les añadían carne de gallina desmenuzada.
En 1613, las Ordenanzas de los Confiteros de Toledo, bajo el reinado de Felipe III, solo se admitía el azúcar blanco y las Almendras de Valencia.
Por último destacar, que los mazapanes con Denominación de Origen Toledo, se les exige por ley que la almendra sea el 50% de la composición del producto. Así es normal, que sepa a almendra y no como otros que parecen un trozo de patata cocida recubierto por toneladas de azúcar.
¡Muy Feliz y Prospero 2011!
Lo mejor de la cultura española (y europea) se lo debemos a la civilización musulmana, que sacó la península de la ignorancia y el hambre y difundió en ella ciencia, sabiduria y una cultura llena de riquezas, sabores, colores... España, Europa y el mundo entero, no serían lo que son ahora de no ser por las aportaciones de ésta civilización (el ámbito científico, uno de los más impresionantes). Ahora nos las damos de superiores, pero en cada rincón de nuestra cultura, tenemos que recordar a los musulmanes, porque ellos son nuestro orígen (aunque nos han educado para odiarlos y verlos como los malos y nosotros los buenos). Soy historiadora y sé de que hablo. También podeis leer por vuestra cuenta para conocer vuestros orígenes.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. Sin llegar a ser tan categóricos (no hay que olvidarnos de la cultura romana, griega, china, egipcia o la persa p.e.) los musulmanes aportaron muchas cosas buenas en medicina, agricultura, álgebra, trigonometría, música, astronomía, literatura, química, gastronomía...
ResponderEliminarSobre nuestros orígenes, todos somos fruto de la suma de civilizaciones, no solo de una.
No estamos de acuerdo con que en Occidente se eduque con odio hacia el árabe pero sí creemos que es una pena que una civilización tan adelantada y culta en aquellos siglos haya quedado tan obsoleta en el mundo actual. Y solo lo queremos reflejar en uno de los pilares básicos de una civilización moderna: cómo, hoy en día, es tratada la mujer en el mundo árabe.
Lo bueno de los diálogos es encontrar puntos de vistas diferentes, reflexionarlos sin fundamentalismos y escuchar las opiniones diferentes con respeto. Gracias, de nuevo, por tu punto de vista.