Nos fuimos a la Bodega Santa Cecilia donde Antonio Barbadillo presentaba en sociedad su primer vino de un ilusionante proyecto que se llama “Selección de Antonio Barbadillo Mateos” donde recorriéndose bodegas, viñedos y sacristías de Andalucía va a seleccionar los vinos que él considera con una calidad y personalidad singulares.
La primera selección es la Señorita del Vino, una Manzanilla D.O. Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda con una crianza entre 6 a 8 años. Más adelante vendrán los Olorosos, Palos Cortados, PX de las Denominaciones Jerez y Montilla-Moriles, los Amontillados y todo aquel vino andaluz que por sus características extraordinarias sea seleccionado.
El embotellado de esta Manzanilla se ha hecho en rama, directamente de la bota sin ningún tipo de manipulación química, física ni mecánica por ello al no estar filtrada, entre otras cosas, pueden aparecer sedimentos o turbios pero sin que ello sea algo negativo. Al revés, lo que se ha buscado es que el vino se encuentre en su estado más natural, conservando todas sus características organolépticas.
La Manzanilla se embotellará en pequeñas partidas o sacas trimestrales con el objeto de apreciar los cambios resultantes en sus propiedades organolépticas según la estación del año en la que se produce su proceso de crianza. De esta primera saca del 2010 se han embotellado 6.000 unidades de 37,5cl.
CATA
Botella de cristal tintado de color negro, en formato de 37,5cl y vestida con etiqueta de corte moderno.
Visual: Amarillo pajizo, limpio y brillante.
Nariz: Ataque arrollador, con descomunal nervio, punzante. Notas salinas de marisma y Bajo Guía, notas florales de pétalo blanco, frutos secos y minerales.
Boca: Entrada con poderío, una bomba de sensaciones, con notable estructura, fresca y profunda. Predominan las notas salinas y amargas. Se impone a lo que le eches. La caté con unas navajas de Hijos de Ramón Peña y la Manzanilla dominaba con elegancia y amplitud. Su final es como el amor de madre, intenso y duradero.
Con jamón pata negra, con marisquito, con un arroz marinero… ¡¡esta “señorita”, qué perfecta compañía!!
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