domingo, 3 de julio de 2011
Piollot Millésime 2006, Los pequeños también cuentan… y mucho
La familia Piollot han sido y son vendimiadores desde las últimas cinco generaciones y en 1986 decidieron crear su propia Maison para elaborar un champagne con la producción de su propio viñedo dentro del cual tiene un 20% de cepas con más de 40 años, 60% de 20 a 40 años y otro 20% de menos de 20 años de edad. Las variedades de uva que poseen son un 60% de Pinot Noir, 30% Chardonnay, 6% de Pinot Meunier y 4% de Arbanne. La exposición al sol que tiene el viñedo es un 50% al Este y la otra mitad al Oeste y tanto el viñedo como la bodega o maison se encuentran en la villa de Polisot, al Sur de Reims.
El viñedo se rige por una filosofía de agricultura biológica asociada con prácticas de biodinámica. Entre otras medidas se emplean exclusivamente fertilizantes naturales que se preparan en la bodega.
Cuando una añada la consideran excelente es cuando se elabora el Millésime y en su elaboración se utiliza un 50% de Pinot Noir y la otra mitad de Chardonnay. Anterior a esta añada del 2006, se sacó al mercado la del 2002.
CATA
Compartimos la botella con Sebastian del Restaurante La Fayette que como experto en vinos de su país nos puede dar detalles que se nos pueden escapar.
La botella está muy bien presentada vestida con etiqueta de corte más bien moderno pero sin utilizar colores chillones o extrañas letras. Damos el honor de abrirla a Sebastian que observando tanto el aluminio que cubre el corcho, el bozal y el mismo corcho nos anticipa que por sus calidades lo que vamos a tomar es realmente bueno. La abre como se debe hacer, aguantando el corcho y moviendo la base de la botella y sin ruido, que amig@s el hecho de abrir una botella de champagne es un momento de silencio y no esos pepinazos que dan en los salones de boda. Eso de hacer ruido al abrir es OUT. Bueno a decir verdad hay solo una forma de abrir una botella de champagne en la cual está permitido hacer ruido y es el "Sabrage" o la utilización de un sable para tal acto. Método que se utiliza en Francia desde el siglo XVIII y que la rumorología lo atribuye al mismísimo Napoleón Bonaparte.
Por petición de nuestro gurú, las copas serán amplias y no de flauta o la famosa “mide pechos”.
Visual: Color amarillo dorado, cristalino, con finísima burbuja constante que sube en hilera en perfecta línea recta hasta la superficie de la copa.
Nariz: Atractivos matices que se despliegan con intensidad. Salen notas a tostados, frutos secos y pastelería.
Boca: Entrada elegante, señorial. La finísima burbuja es casi imperceptible, lo que se siente es un paso por boca aterciopelado, redondo y equilibrado. El final es de largo recorrido con notas de almendras tostadas.
No es un champagne al estilo Mumm C. Rouge, Piper o incluso Moet. Como curiosidad, Sebastian pidió que la temperatura del servicio fuera casi es de vino tinto. Y es que el mundo del champagne es un mundo fascinante, los hay que incluso se deben decantar o tomarlo por encima de los 10º. Este es un ejemplo de esos champagnes (casi siempre de pequeños viticultores y producciones limitadas) que te sorprenden y te hacen sentir que los que creías que eran buenos se quedan en el olvido.
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