sábado, 22 de octubre de 2011
El Alcázar de los Reyes Cristianos, espejo de la Historia de Córdoba (I)
Córdoba, que llegó a ser conocida como la ciudad de las 700 tabernas, se fundó alrededor del año 152 a.C. y fue capital de Bética una de las dos provincias que formaba la Hispania Ulterior (“Hispania la lejana”), la otra provincia era Lusitania.
Los romanos crearon un puerto comercial en el Río Guadalquivir y a su vera construyeron una gran edificación donde se ubicaba la residencia del Gobernador, la del Cuestor y la Aduana (Forum Censorium). El mismo Julio Cesar residió aquí cuando fue Cuestor en el año 65 a.C. Las dimensiones de esta edificación fueron aun mayores que las del actual Alcázar.
Cuando llegaron los árabes edificaron sobre las ruinas de la edificación romana el Palacio Omaya. Junto al Alcázar el Emir Al-Hakan I dispuso de dos enormes establos para dar cobijo a sus más de 2.000 caballos de pura sangre árabes que ya en manos cristianas se utilizarían como Caballerizas Reales.
Cuando el Califa Abd Al-Rahman III llegó al poder el Alcázar perdió importancia a favor de Medinat Al-Zahra. De esta época musulmana, quedan los Baños Califales, molduras y decoración geométrica situadas en cenefas y zócalos.
Las tropas cristianas del Rey Fernando III el Santo reconquistan la ciudad en el año 1236 tomando el Alcázar como residencia real. Alfonso X el Sabio fue quien empezó a reconvertir el Alcázar en fortaleza cristiana y Alfonso XI, El Justiciero, quien en 1328 la fortificó con las murallas y torres que hoy aun se conservan.
En 1482, se convirtió en el Cuartel General de las tropas de los Reyes Católicos, y ellos mismos estuvieron viviendo en el Alcázar durante 8 años mientras sus tropas luchaban para conquistar el Reino de Granada, último bastión musulmán de la península. Tal empresa se logró el 2 de Enero de 1492, cuando el Rey Boabdil El Chico se rinde ante los Reyes Isabel y Fernando (previamente el 25 de noviembre de 1491 se habían firmado las capitulaciones).
Uno de los hijos de los Reyes nació dentro de sus murallas, Doña María y la primera corrida de toros que se celebró en la ciudad de Córdoba, se realizó en sus Jardines. Fue la lidia de dos reses en honor de otro de los hijos de los Reyes Católicos, el malogrado Don Juan.
Fue en el Alcázar donde el año 1486 los monarcas recibieron por primera vez en audiencia a Cristóbal Colón.
En 1492, una vez conseguida la reunificación de España los Reyes abandonan Córdoba y autorizan a que el Alcázar se convierta en la Sede de la Santa Inquisición, por lo que algunas zonas de la edificación fueron modificadas para construir mazmorras y en dos de sus cuatro torres se hicieron unos balcones donde los condenados a morir eran ahorcados, entre otras modificaciones.
La Inquisición permaneció en el Alcázar hasta su abolición por las Cortes de Cádiz en 1812, siendo el edificio principal destinado a ser cárcel civil desde 1822 a 1931 para después ser instalaciones militares, hasta que en 1955 el edificio y jardines fueron cedidos al Ayuntamiento de Córdoba.
El 4 de Junio de 1931 fue calificado Monumento Histórico y en 1994, edificio integrado en la parte de Córdoba que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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