domingo, 29 de abril de 2012

Marie-Courtin Efflorescence, Un champagne extraordinaire



Traemos otro champagne de vigneron, de viticultura biodinámica, efímera producción (9.000 botellas), monovarietal (100% pinot noir) de cepas de 35-40 años, con altísima calidad y… femenino, pues es el fruto del trabajo de una mujer enamorada de su terruño, Dominique Moreau. La maison está situada en la villa de Polisot en Côte des Bars (parte sureña de la región de Champagne) y fue fundada en el año 2005 con una extensión de viñedo próxima a dos hectáreas. La primera hectárea fue rentada a un viticultor retirado y cuyas viñas estaban/están plantadas con el sistema sélection massale (sin utilizar clones).

Esta parte de Champagne tiene una ligera temperatura más cálida que el resto de la zona, lo que favorece a la calidad de la pinot noir. La filosofía que motivó a Dominique fue conseguir un excelente vino ecológico de una sola parcela, una sola uva y de una sola añada. O sea, lo contrario a lo habitual en la zona donde se combina parcelas, uvas y añadas, utilizando productos químicos. Desde la añada 2010, la producción de Marie Courtin está oficialmente  certificada como cosecha orgánica/biodinámica.

La maison Marie Courtin, es un homenaje de Dominique a su abuela por ser “una persona muy unida al terruño”, y solo realiza dos cuvées: “Résonance” y “Éfflorescence”, es éste ultimo el que subimos por ser “la joya de la corona”, un vino complejo y original. El nombre que Dominique le otorgó “Éfflorescence” evoca “una evolución perpetua”, desde su permanencia en la barrica, los diferentes pasos en botella y una vez abierto, su continua progresión de matices. Ella misma recomienda que su champagne se beba en copa de vino blanco, para una mejor percepción de tal evolución.

El proceso de su elaboración empieza con una vendimia manual, se vinifica con una combinación de depósitos de acero inoxidable y barricas usadas de Borgoña (donde finaliza su fermentación alcohólica y envejece sobre diez meses), siendo las levaduras naturales y permaneciendo hasta el momento del degüelle, con una particularidad importante: no se realiza dosage (licor de expedición) alguno después de dicho degüelle.

Como curiosidad, Dominique Moreau está casada con otro pequeño productor de champagne, el propietario de Piollot, Père et Fils.

CATA

Botella vestida con una etiqueta sencilla pero elegante.

Vista: Color amarillo-rosáceo (cobrizo suave), brillante, limpio. Con finísima burbuja que asciende con cadencia.

Nariz: Ataque sorprendente, diferente, prometedor. Hay multitud de matices, porque el vino va evolucionando continuamente con el paso del tiempo, de una hora a otra el vino parece otro, pero siempre con excelente calidad. Te encuentras en su evolución, en su espectáculo, un abanico amplio: notas florales (geranio), paja recién cortada, notas frescas de heno, bayas rojas, pastelería, minerales, frutales (manzana verde), especias y frutos secos.

Boca: Entrada poderosa, compleja, cremosa, elegante. Buena acidez, las notas predominantes son las frutales y minerales. Final de largo recorrido, donde perdura su complejidad, su fuerza y su untuosidad.

Un excelente champagne de gran expresividad pero que por su complejidad no será del gusto de los amantes de los Mumm y similares. Se puede decantar, tomarlo a temperatura entre un vino blanco y un tinto, en copa amplia y disfrutarlo sin prisas para así escuchar “todo lo que te quiere contar”.  

Utilizando su propio idioma “Un champagne extraordinaire”.

jueves, 26 de abril de 2012

Isabelle Boulay, dulzura y sensibilidad

Ya que estamos en primavera “y a la sangre altera”, subimos a una canadiense francófona cuyas canciones rezuman dulzura y delicadeza, Isabelle Boulay. Y para ello vamos a subir un trabajo, lanzado al mercado en el invierno del 2009 “Chansons Pour les Moins D’hiver”. Y es que éste trabajo se disfruta tanto al calor de una chimenea como en la impulsiva primavera ya que en ambos casos es la sensibilidad quien arrulla. 

Esta mujer que ya acaricia los cuarenta años, nació en Sainte-Félicité (Quebec). A los dos años y medio ya hacia sus primeros pinitos cuando la Juke-Box del restaurante de sus padres sonaba, lo que le hizo profetizar a su madre “esta hija será una actriz o una cantante”.

A los 7 años y hasta los 11, cantaba los fines de semana con un grupo musical. A los 15 años tiene un efímero paso por el punk. En 1990, en el Festival de la Canción de Petite Vallée gana el Premio de la Interpretación y el Premio del Público cantando “Les Gens de Mon Pays” de Gilles Vigneault. Al año siguiente en el Festival de Granby gana el Premio a la Mejor Interpretación con “Amsterdam” de Jacques Brel y con “Naufrage” de Gilbert Langevin y Dan Bigras. En 1996, lanza su primer disco “Fallait Pas” y comienza su meteórica ascensión a la fama que fue reconocida por la Asamblea Nacional de Quebec, otorgándole en el 2008 la Medalla de las Artes. A fecha de hoy, tiene en el mercado 12 albúmenes.

 “Chansons Pour les Moins D’hiver” es un trabajo con once excelentes, relajantes temas para ser escuchados en compañía. Tiene algo de country como una versión de “Tennessee Waltz”, una canción que se baila sintiendo en tu pecho el latir del corazón de tu pareja y mucho de folk suave. La primera canción es “Feignez de dormir” toda una declaración de intereses interpretada con melosa dulzura. La siguiente es la que da el título al trabajo, con un ritmo más rápido pero no ausente de esa sensibilidad que con su acento francés, hechiza aun más. O “Hors-Saison” suave, lenta, romántica, intensa… 

En fin, es primavera, es invierno… da igual, Isabelle te hará sentir que bello es vivir.