viernes, 9 de diciembre de 2016

Amanda Carr, la voz que te emociona en diferentes géneros


Amanda Carr es una vocalista y pianista de Massachusetts que es capaz de hacerte vibrar en varios géneros musicales, puede conquistarte a través del pop, rock, folk, jazz o blues. 

Como dice el refranero español "De casta le viene al galgo" y es que la familia de Amanda ya desde los años 1920 se dedicaban a la música, siendo su abuela una reconocida pianista. Su madre Nancy Carr era una asidua cantante en el Totem Pole Ballroom y su padre, Nick Capezuto, dominaba la trompeta hasta el punto de tocar junto a los míticos Glenn Miller, Woody Herman o Louis Prima, entre otros.

Empezó muy joven tocando en los night clubs del área metropolitana de Boston sobretodo con canciones de pop y rock. Pero después de años recorriéndose la Región de Nueva Inglaterra es indudable que su reconocimiento llegó de la mano del jazz y sobre todo con su disco Common Thread (2009) junto a The Kenny Hadley Big Band con el que entraron en la lista semanal de los 50 discos de jazz mas vendidos del Billboard.

Tal reconocimiento hizo que el crítico gurú del The Wall Street Journal, Nat Hentoff escribió “...a true jazz singer in a time of wannabes” (una verdadera vocalista del jazz en una época de principiantes o quiero y no puedo). ¡Ahí es nada!

Entre sus muchas actuaciones, tanto en su pais como fuera, vamos a destacar la gira nacional que organizó "A Tribute to Peggy Lee" en la cual en 30 ciudades colgó el cartel de "Todo vendido".


Sobre este CD qué se puede decir... que cuando acaba la última canción le das a la tecla "Repetir'. Para muchos el mejor trabajo de sus cinco CDs. La selección de los temas, un ramillete de clásicos como  "The End of a Love Affair", "They All Laughed,", "Just You, Just Me", "There's a Small Hotel" o esa unión entre la voz sensual y dulce, una voz contralto que transmite cada frase con excelente claridad de Amanda y el sonido espectacular de la big band formada por seis saxos, cuatro trompetas, otros cuatro trombones, un guitarrista, un bajo y Kenny Hadley en la percusión... Si te gusta el jazz, sobre todo con reminiscencias a los 50s, te enganchará.

Aquí os dejamos una muestra de su arte


domingo, 4 de diciembre de 2016

Lubina a la Espalda



1 Lubina (en este caso es para 5 personas)
2 Patatas
2 dientes de Ajos
1 Guindillita/Cayena
Vinagre de Sidra
Sal
Eneldo
Perejil
Aceite de Oliva

Nos dan la gratísima sorpresa de traernos una lubina salvaje de dos hermosos kilos y decidimos elaborarla a la espalda, una receta que nos encanta por su sencillez y sabroso resultado.



Lavamos el pescado, que ya en la pescadería lo han abierto " en libro" y lo secamos con papel de cocina. Encendemos el horno a 180° para calentarlo. Lavamos y pelamos las patatas, cortándolas en rodajas un poquito gruesas. Ponemos un poco de aceite en la bandeja del horno ( o rosticera ) y colocamos las rodajas haciendo "una cama", espolvoreamos el eneldo y rematamos con un chorrito de aceite sobre ellas. Cuando el horno está suficientemente caliente introducimos la bandeja y la dejamos durante 20 minutos. 



Pasado ese tiempo sacamos la bandeja del horno y colocamos la lubina abierta con la piel sobre las patatas. Salamos, ponemos un chorrito del vinagre de sidra y un chorreton de aceite sobre la lubina y la metemos al horno con la misma temperatura. Si la lubina fuera mas pequeña con 12-15 minutos sería suficiente, pero como ésta pesa dos kilos la vamos a dejar 17 - 20 minutos más, dependiendo el punto que busquemos.



Pelamos los ajos, los cortamos en láminas y los echamos a la sartén con el aceite caliente junto a la cayena partida en dos mitades. Antes que se doren apagamos y rapidamente echamos el perejil, que debe de quedar de su color verde original, removiendo varias veces con una cuchara de madera. Este paso lo tenemos que hacer justamente cuando la lubina esta a punto, que ambos pasos coincidan en su finalización porque cuando saquemos la lubina le tenemos que echar el contenido de la sartén sobre ella.



Para finalizar esta receta tenemos que recoger la salsa o jugo de la rosticera y la vertimos en la sartén que previamente hemos utilizado, con fuego bajo removemos varias veces con la cuchara de madera para ligarla. Repetimos este paso dos veces más y servimos. Buen provecho!