martes, 22 de junio de 2010

El brandy Constitución, una joya dormida por decadas



El poeta,crítico,ensayista y lexicógrafo inglés Samuel Johnson ya decía en el siglo XVIII “El vino clarete es el licor de los muchachos, el Oporto el de los hombres, pero aquel que aspira a ser héroe debe beber Brandy”.

La palabra "brandy" proviene del inglés pero su origen es holandés. Al parecer, fue en el siglo XVI, cuando un químico holandés que vivía en Cognac, ante la gran cosecha que produjo la región de Charente, se le ocurrió la idea de reducir el vino de volumen para minimizar los costes logísticos (almacenaje y transporte) desde Cognac a Flandes. De allí se distribuía a los países del Norte ya que los holandeses eran los grandes mercaderes de vino francés y español en aquellas tierras. Lo que hizo el químico fue quemar el vino para reducirlo por evaporación y una vez en destino recuperar la merma utilizando agua. Le llamó brandewijn cuya traducción podría ser “vino quemado en barril”. Pero a llegar a destino, vieron como ese vino reducido y conservado en barriles tenía un sabor tan diferente como sabroso. Y de estar forma casual, se creó lo que después los ingleses llamaron Brandy.

Indudablemente las destilaciones de uvas y otras frutas ya eran conocidas desde tiempos de Alejandro Magno, pero fueron los árabes en su expansión por las costas del Mediterráneo desde el siglo VII, las que lo perfeccionaron, aunque siempre fueron destilaciones de carácter medicinal.


Quiero subir la cata de un brandy atipico por su zona de origen y digno de probar alguna vez por su calidad, el Brandy Constitución. Se produce en El Palmar, pequeña ciudad murciana y para su elaboración se escogen las mejores holandas y aguardientes que proceden de la destilación de vinos elaborados en su mayoría con la uva Airen (70%) y el resto con las variedades Macabeo y Zalema y cuyo proceso de destilación se realiza en aquitaras de cobre. Tras 70 años de crianza y envejecimiento en barricas de roble americano, trasegándose de unas barricas a otras mediante el sistema de soleras y criaderas, se embotella. Este larguísimo proceso implica que para obtener un litro de brandy se han necesitado originalmente casi 13.

La cata es la siguiente:


Botella artesana y etiqueta numerada, ya que es de producción muy limitada.

Visual: Caoba con ribetes verdes. Muy glicérido.

Nariz: Ataque muy sofisticado, redondo. Notas de pasa, café, amontillado,frutos secos (almendra amarga, avellanas), azúcar tostado y algo de especias (canela).

Boca: Entrada impresionante con mucha estructura, redondo, sedoso y con un alcohol muy bien integrado. Notas de toffee, moscatel y tostados. Postgusto largo y un poco especiado, que se difumina en la boca con absoluta quietud.

Un brandy que solo viendo el diseño de la botella, te pide copa grande, un sofá chester, un habano si eres fumador, una amena conversación y la tranquilidad del que sabe que el tiempo es suyo. El único pero su precio, cercano a los 200€, aunque a veces es entendible que la calidad excelsa tenga ese precio.

En la descripción de su elaboración, hay dos palabras que me gustaría desarrollar:
1)La holanda es el aguardiente fundamental que resulta de la destilación de vino de baja graduación, no superior a 72º, procedente en su mayoría de la uva Airén o Palomino si hablamos del Brandy o de la Ugni Blanc (también llamada Saint Emilion des Charentes) en la elaboración del Cognac.
Se denomina “holanda” por ese gran tráfico de destilados desde el sur de España y desde Cognac a Flandes del siglo XVII y así se continúa llamando desde entonces a este tipo de aguardiente.


2)La alquitara: La palabra alquitara proceden del árabe "al-gattara", que significa “la que destila” y es el método de destilación tradicional más antiguo y el menos utilizado. Es un sistema muy lento, muy simple y de poco rendimiento. Está construida normalmente en cobre y consta de tres partes conectables: Una base, una caldera y el capacete en el interior del cual se encuentra el condensador. Este condensador consiste en una cámara de expansión semiesférica con una salida para el destilado y que se encuentra lleno de agua fría para facilitar la condensación de los vapores alcohólicos (Foto2)




La alquitara es parecida pero no igual que el alambique (Foto3). En éste, la salida se prolonga mediante un tubo que se llama cuello de cisne hasta un serpentín que está sumergido en agua fría dentro del condensador. Entre los dos sistemas de destilación, la alquitara difiere del alambique en el diseño y que su proceso de destilación es más lento. Tienen en común, que las dos utilizan el fuego directo como sistema de calentamiento, lo que los hace más lentos que los sistemas que utilizan la inyección de vapor.



2 comentarios:

  1. Solo hay una palabra para describirlo: Espectacular

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  2. Es una autentica joya aunque bastante desconocida. Aprovecho para agradecer tu participación en el blog. Un cordial saludo.

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