En esta últimas décadas donde se ha fomentado la cultura del pelotazo, donde se está perdiendo conceptos como honestidad, amistad, responsabilidad… además, se nos acusa por parte del sexo fuerte, ellas, de que estamos perdiendo… más grave, que el hombre ha perdido la sensibilidad. Por ello hay un bulo en la población femenina que defiende que el hombre sensible solo puede ser gay.
Señoras, señoritas, el hombre sensible español no ha muerto, aunque es verdad que somos una especie en vías de extinción - ¿pero qué parte de culpa tienen ellas? - Me podría preguntar alguien.
- Porque muchas veces que hemos ido de sensibles...han querido un animal tatuado y con pantalones de cuero marcando muñeco. Si las ponemos en un pedestal y las protegemos, nos tachan de machistas. Si trabajamos demasiado, nos dicen que no tenemos tiempo para ellas y si trabajamos poco, que somos unos vagos y/o unos inútiles. Si les decimos lo guapas que están y lo que nos encienden, cometemos acoso sexual; si no les decimos nada, es la típica indiferencia machista. Si lloramos, somos débiles y si no lo hacemos, nos llaman imbéciles insensibles. Si sabemos apreciar sus curvas y el encanto de su ropa interior, nos llaman pervertidos, pero si no nos damos cuenta, somos mariquitas. Si a ellas les duele la cabeza es porque están cansadas; si nos duele a nosotros es porque ya no las queremos o hay otra- me dicen.
-Sí, sí, sí todo esto es cierto pero como ya dijo Oscar Wilde “Las mujeres han sido creadas para ser amadas, no para ser comprendidas”-.
Aunque no somos oficiales, "semos" caballeros y por lo tanto no debemos de olvidar nuestras buenas costumbres y siempre que se considere oportuno prepararlas una cena romántica, como nosotros somos capaces de hacerlo. Da igual que sea para conquistarla, para reconquistarla, para pedirle perdón o su corazón. No dejemos que afirmen, que los hombres sensibles solo existen en el armario o cerca de él.
Por tanto, y sin considerarme un gurú en la materia (porque de hecho no lo soy en nada), vamos a preparar una cena romántica para dos (el que sea capaz de hacerla para tres, que me diga cómo se hace)
No solo debemos concentrarnos en el menú o en su maridaje con los vinos, sino crear como primera pauta, el ambiente ideal. Luz suave, si es mayoritariamente de velas mejor, pero siempre con gusto, sin que parezca el salón de la casa de los Addams y dando la sensación de que el mayordomo Homero, está a punto de entrar con los primeros.
La música, fundamental. Una selección de voces tanto femeninas como masculinas. Las primeras sensuales, enigmáticas las de ellos, varoniles, poseyendo tanto vigor como dulzura. Dejadme pensar una pequeña selección aleatoria: Patricia Kaas, Cassandra Wilson, Natalie Cole, Julie London, Madeleine Peyroux, Patricia Barber, Brenda Russell, Joss Stone, Diana Krall, Jane Birkin, Ive Mendes o Sade. Ellos, Frank Sinatra, Lou Rawls, Bobby Womack, George Benson, Barry White, Lionel Richie, Grover Washington Jr. o una balada de The Style Council como siempre me ha recomendado mi amigo Jose María, por ejemplo.
Una vez hemos creado la atmosfera perfecta, vamos a fijarnos en la mesa. Nada de servilletas de papel, copas de vidrio o vajilla picada. El mejor hilo, cristal fino y la vajilla de las grandes ocasiones. Sobre el mantel, un discreto centro de flores o pétalos de rosa estudiosamente situados… hasta unos bonitos guijarros pueden valer. Aquí el toque personal dice mucho y quien no lo tenga, a buscar ideas en internet.
Ahora ya nos podemos centrar en el menú. Fundamental un coctel de bienvenida, prologo sensual con unas gotas de alcohol que sean chispas que enciendan la pira seca que hemos preparado. Aquí debemos saber el gusto de la persona invitada por los sabores secos o dulces o si es de sabores intensos o más bien suaves. Para estas últimas, un mojito. Si es del sector duro, un Ginfizz o un Sidecar.
Ya solo nos queda el menú. Primero tener en cuenta que es cena, no queremos que después de cenar se tumbe en el sofá como una boa y se quede inmovilizada hasta el día siguiente con una digestión de 12 horas.
Pongamos que es un menú veraniego:
Coctel
Sopa fría de melón con lascas fritas de jamón ibérico (Con un Chardonnay)
Merluza en Salsa de Cítricos (Con otro blanco, esta vez Albariño)
Sorbete de Manzanas Verdes con Té de Vainilla o un recurrente Coronel (Sorbete de limón con cava o champagne).
Para finalizar con unos bombones de trufa y una copita de Moscatel frío o de Oporto.
Amigos, lo que aquí continua es una página en blanco donde cada uno debe escribir como sigue. Solo recordar, que si los caminos del Señor son inescrutables… el saber lo que la mente de una mujer piensa, que no es que le de vueltas a las cosas, ¡es que las centrifuga! nos tendrá siempre en vilo.
Un bon appétit et une bonne chasse.
Un bon appétit et une bonne chasse.
¿Qué hay que hacer para que me invites a una cena así? ;-)
ResponderEliminarBeatriX que te voy a decir yo, que tú no sepas...
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