Este post no sé si llamarlo “ciencia-ficción”, “inocentada” o “solo para micro-minorías”, pero voy a hablaros de un whisky que no he probado, ni probaré. Sé que rompo una norma básica de hablar solo de lo que se prueba, pero es que este whisky tiene mucha miga.
El primer puesto del whisky más caro del mundo lo tenía la destilería Macallan con su Macallan 1926 que fue adjudicado en subasta al precio de 54.000 US$ en el 2007. La destilería Dalmore tuvo una botella de una crianza de 62 años que se vendió sobre las 22.000 libras esterlinas. Ahora, esta última destilería ha roto el techo de la locura para sacar una edición mega-ultra limitada a sólo TRES botellas de un whisky de 64 años de crianza que le ha llamado Dalmore Trinitas 64. Su irrisorio y minúsculo precio: 100.000 libras esterlinas. No está nada mal en tiempos de bonanza económica, ¡manda huevos! De las tres queda una por vender… ¡todavía tenéis una oportunidad!
Yo desde luego no tengo esa cifra para gastar… pero si la tuviera, se me ocurren mil y una cosa antes que agenciarme esa botella aunque la trajera a mi casa cuatro bellas esclavas duchas en el arte del amor, especialistas en sexo tántrico y Master en las técnicas del Kamasutra.
Preguntareis ¿Qué tiene de especial? Ya os podéis imaginar, la caja de presentación hecha a mano, caoba, anti roturas y lo que queráis. El cristal de la botella, soplado a mano, de increíble pureza y decorado con plata Sterling (92,5% de Plata Pura y 7,5% de Cobre). El contenido, que al fin y al cabo es lo importante, contiene whiskies de 1868, 1878, 1926 y 1939. Y la rareza de que solo hay tres botellas en el mundo.
En fin, que ya que a los petrodólares les impide Mahoma caer en estas tentaciones, me imagino que irá a parar a algún “new rich” de los países del Este donde este tipo de ostentación gusta más que a MacGyver un juego Meccano.
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