Subimos un vino de un país que no suele ser recordado como productor de vino, Austria, y de su zona de Burgenland. Esta región está situada a lo largo de la frontera con Hungría y es donde se elabora más de un tercio de los vinos austriacos.
Lo produce una bodega familiar, Triebaumer en la villa de Rust cercana al lago Neusiedl (con su microclima único, de neblinas matinales que desaparecen al mediodía). Es un tándem formado por el matrimonio Günter Triebaumer y Regina Limbeck quien lleva las riendas de la bodega. La familia de Günter llegó a esta zona a finales del siglo XVII y desde entonces se han dedicado al mundo del vino. También la familia de Regina, que proceden de la ciudad vecina de Gols, es de larga tradición vitivinícola, por lo que hacen un excelente equipo. La bodega se rige por un lema “Mantente fiel a la tradición mientras sea apropiado, toma ventaja de la tecnología mientras sea sensato”. Excelente combinación.
Este Chardonnay Beerenauslese 2001 es un vino dulce, que si se consigue pronunciarlo y que te entiendan, llegará a la mesa un excelente acompañante para el postre. La palabra “Beerenauslese” (abreviada muchas veces con las letras BA) nos indica que “son uvas seleccionadas” que en su mayor parte han sido afectadas por la botrytis o podredumbre noble.
Para su elaboración las uvas son rotas y dejadas con su piel por un dia para continuación prensarlas. La fermentación empieza de forma natural con levaduras salvajes y dura varias semanas. La maduración se realiza en barriles de roble de vino blanco con una capacidad de 225 litros. La composición de uvas es 80% Chardonnay, 10% Muscat amarillo, 10% Muscat Ottonell.
CATA
Botella vestida con etiqueta de corte moderno, con colores alegres y llamativos. Volumen alcohólico 13%.
Visual: Amarillo tirando a dorado con reflejos esmeraldas, limpio y cristalino. Buena lágrima densa.
Nariz: Tiene una entrada intensa con amplitud de aromas fragantes. Salen notas a ramo de flores, frutas tropicales (piña), cítricos (limón, mandarina), frutas maduras (melocotón, pera), miel y esas notas tan características de la botrytis. Realmente sugerente.
Boca: Ataque potente pero con exquisita finura, sedoso, con correcta acidez. El poderoso chardonnay se mezcla con los finos aromas de los moscateles en perfecta armonía. Salen las notas de fruta madura, las melosas y la contraposición sutil de las notas cítricas. Final de largo recorrido, sabroso, peligroso por adicción, y dulce pero sin ser empalagoso.
Un vino que sin darte cuenta, la botella se acabará para extrañeza de los comensales “¿Pero ya nos la hemos bebido?” Así de fácil entra.
Para compartir con el postre, con quesos de cabra o incluso foie. No podemos decir nada sobre el precio, porque fue un regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario