En 1997 Therry Guillon se instala en una casa de campo de 30 Hectáreas que sus padres `poseían en el corazón del Parque Natural de la Montaña de Reims, en la aldea de Vertuelle (Louvois) con la intención de montar en dichas instalaciones una destilería para producir “eau de vie”. Pero pronto la familia Guillon cambia de idea. Están en el corazón de la zona del Champagne mundialmente conocida por sus vinos espumosos pero también es una zona de producción de malta tan importante como para exportarla a Alemania para la elaboración de sus cervezas o como para exportarla a Escocia para la elaboración de sus whiskies.
Por otro lado, se encuentran en un Parque Natural con una riqueza inestimable para la elaboración de un buen whisky, una fuente de agua natural de gran pureza. Por ello, Thierry Guillon cambió su primera idea y montó una destilería de whisky de malta. En 2002, el whisky salió al mercado teniendo gran aceptación del mercado nacional y bendecido entre otros por el famoso Chef Alain Ducasse.
Con el toque chauvinista que tanto les gusta a los franceses, la familia Guillon quiso que el whisky fuera 100% francés. Así que la malta proviene de Malteurop a Vitry-le-François, las botellas de Saverglass en Nord-Pas-de-Calais y el whisky se envejece en barricas de roble francés que antes tuvieron vinos franceses como el Sauternes, Puligny, Meursault o Banyuls. Solo le faltaba que al abrir la caja se escuchase la Marsellesa, pero en fin, así son ellos.
Esta destilería tiene una peculiaridad. Al encontrarse en un Parque Natural el terreno está protegido, por lo que no se pudieron hacer excavaciones ni construcciones para el almacenamiento de las barricas. La solución que le dio la familia Guillon es la que le dan las personas que no se rinden antes las adversidades cuando persiguen una meta. Compraron contenedores de transporte marítimo y en ellos se colocaron las barricas, donde el whisky envejece en las condiciones idóneas.
El whisky que se cató es el “Cuveé 46”, con 46º de alcohol y una producción limitadísima... no llega a 2000 botellas al año. Envejecimiento de 3 años en barricas de Maury.
CATA
Botella con etiqueta de estaño.
Visual: Color dorado, limpio y de lágrima muy lenta.
Nariz: Ataque penetrante y complejo. Notas de vainilla, tostados, turba y alquitrán. También salen notas a manzana asada y ahumados.
Boca: Entrada bastante elegante, graso, de cuerpo medio-alto y muy equilibrado. Desde luego no se notan sus 46º de alcohol. Predominan las notas tostadas, melosas y ahumadas. Ciertas notas a frutas negras de hueso y a cuero también se perciben. Final de largo recorrido, con suaves notas tostadas.
Elaborar en el corazón de la tierra del champagne un whisky de malta… es todo un reto, sin duda. Y este producto consigue que ese reto se haya conseguido con altísima nota. Cerca de los 50€.
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