miércoles, 17 de agosto de 2011

Albamar, un gran albariño vecino del mar



Subimos un vino blanco gallego 100% albariño de la D.O. Rias Baixas, Subzona del Salnés de una pequeña bodega familiar, la familia Alba. Los viñedos mayoritariamente están en parra, sistema tradicional de las Rias Baixas salvo la parcela más joven, con 6 años de edad y una extensión de 8.000 m2, que está en espaldera. Esta viñedo está pegado a otro con una extensión de 2.900 m2 que tiene una edad de 28 años, la media de edad de la bodega. Aunque ambos viñedos se encuentran en la misma parcela, fueron plantados en diferentes años. Esta parcela es la que está pegada al mar, en la desembocadura del rio Umia, en plena Ría de Arosa. De ahí su nombre Albamar.

La viticultura que se practica es la tradicional con abonados bianuales, podas de varas de 8-10 yemas y pulgar de dos yemas, con un movimiento de suelo (ganchos o fresa) anual para oxigenar, airear el suelo. Se hacen entre 8-11 tratamientos anuales dependiendo de las condiciones climatológicas que se tenga, una de las zonas más duras por su humedad de toda España con fuerte presencia del hongo Mildiu que tanto daño hace cada año. Se realiza aclareo de hoja y la vendimia se hace manual en cajas pequeñas de 18 kilos y perforadas.


Toda uva vendimiada se procesa en el día, sin despalillar con prensados cortos. Una vez prensado se deja reposar, se desfanga y se realiza la fermentación espontanea a temperatura controlada entre 15-18 ºC. Una vez acabada la fermentación se hace un descube para quedarse con las lías finas disueltas en el vino, dejando el vino sobre éstas durante 4-5 meses para obtener un vino con más estructura y complejidad aromática.


Como se ve la forma de trabajar de la bodega es la forma tradicional, manipulando lo menos posible para dejar seguir la viña y el vino su propio camino. Pequeña producción de 20.000 botellas.

CATA

Botella de vidrio oscuro, vestida con etiqueta verde alpino con letras plateadas. 13% de Volumen Alcohólico.

Visual: Bonito color amarillo limón pálido con destellos esmeraldas, brillante, limpio.

Nariz: Buena entrada, de albariño de toda la vida. Frutas maduras: blanca (manzana Granny Smith) y con hueso (melocotón), notas cítricas (limón), herbáceas y florales (de pétalo blanco)

Boca: Ataque sabroso, untuoso, fresco, graso, expresivo, con buena estructura y con ese puntito de acidez tan propio en estos vinos. Notas frutales y cítricas. Su final es bastante amplio, con refrescantes notas balsámicas que dejan el paladar cautivo para el siguiente sorbo.

Un viñedo que conversa durante el año con la brisa marinera y que produce un excelente vino para armonizar con los productos del mar, tanto con mariscos como con pescados, por un precio de 12/13 euros.





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