Ahora que pronto nos va a visitar el General Invierno, me gustaría compartir uno de mis postres favoritos, el arroz con leche. Quiero aportar la receta familiar y también la versión asturiana, tierra donde el arroz con leche lo bordan.
Como siempre que comentamos una receta hay versiones para cada gusto. En esta solo haré la diferencia entre aquellas personas que les gusta el arroz más bien suelto, como bailando con la leche y la receta de casa, donde siempre nos ha gustado que sea “consistente”.
Si lo queréis suelto, por cada litro de leche le ponemos entre 150 a 175 gramos de arroz. De lo contrario, con 250 grs por litro de leche tendrá la medida justa para conseguirlo denso. Si se puede elegir, prefiero hacerlo con leche fresca, como la que tiene Priegola, si no pues la clásica pasteurizada. Con respecto al arroz, si es posible, el tipo bomba que al absorber mucho mejor la leche le da un toque perfecto.
Los demás ingredientes, cascara de limón y naranja al gusto, canela en rama y molida y 125 grs de azúcar por el litro de leche, serán suficientes en este postre para 4 ó 5 personas.
La elaboración no conlleva grandes misterios, quizás la disyuntiva entre lavar el arroz o no hacerlo o incluso cocerlo por separado. Yo no lo hago porque quita el almidón del arroz y para mi gusto esto le quita un poco de cremosidad.
Se pone la leche a hervir con el palo de la canela y los dos pedazos de cascaras de los cítricos. Nada mas rompa a hervir añadimos el arroz y lo movemos para que el arroz no se nos pegue al fondo. A fuego lento para que hierva despacio, más o menos 30 minutos, y dándole vueltas con cierta frecuencia con nuestra cuchara de madera, el arroz ya estará en su punto. Entonces añadimos el azúcar, removiendo constantemente hasta que suba un poco sin llegar al par de minutos. Entonces retiramos, lo ponemos en una fuente y la metemos en el frigorífico. Las cáscaras y la canela, se dejan o se quitan según lo queráis con más o menos intensidad de esos sabores.
Cuando se sirvan a la mesa se ponen en pequeños bowls o cuencos y se espolvorea con la canela molida.
Y ahora vamos con la versión asturiana.
La diferencia principal está al retirar el arroz del fuego, entonces se le añade 50 grs de mantequilla y una copita de licor de Anís. En la presentación se suele poner por encima del arroz azúcar y después con un hierro incandescente o un soplete de cocina, se quema.
Dos versiones de un mismo postre que serán ambas perfectos broches para el fin de una comida o cena. ¡Buen Apetito!