Visitamos el Asador Olaverri en la zona del Ensanche de Pamplona. Cuando uno piensa en un asador por el norte de la península piensa en un local de luz sobria, decoración dominada por madera oscura y manteles de cuadros. Pues todo lo contrario en este local. De diseño moderno, mucha iluminacion natural, techos altos, mesas sin manteles y espacio abierto.
La sala de máquinas, el asador con sus parrillas, está a la vista y desde las mesas cercanas puedes ver como aparecen espléndidas chuletas o pescados a la brasa con una extraordinaria apariencia, lo que hace que tus jugos gástricos empiecen a saltar como John Travolta en "Grease".
Tomamos un pincho de Chistorra de Arbizu para empezar el carrusel de sabores. Y la chistorra es como las películas, pueden ser de culto y hasta de serie B, las dos se llaman películas pero para disfrutar, solo ves la primera. Y es que chistorras hay muchas pero de excelente calidad, como ésta...
Después una media ración de piparras, que son esos pimientos pequeños y alargados, que se comen como pipas y que solo a final de temporada te suele venir alguno picante, haciendote recordar a su primo gallego de Herbón: " uns pican e outros non".
Y llego su majestad la Chuleta. En su punto, jugosa, no llegaba a ese punto de textura "mantequilla" pero no estaba dura, lo que fue memorable fue su sabor intenso, cómo aterciopelaba toda la boca con amplitud y longitud. Era tan brutal la sensación que rápidamente me vino a la memoria EL BESO. Así, en mayúsculas... porque en el cine clásico, y tal vez moderno, no hay uno como el beso tórrido, furtivo y sexual que se dieron el sargento primero Milton Warden (Burt Lancaster) y Karen Holmes (Deborah Kerr) tumbados en la orilla de esa escondida playa hawaiana en "De aquí a la eternidad". Beso de amantes extramatrimoniales, de cuernos poderosos como vitorinos, de pecado y deseo en letras de neón, incluso el Pacifico quería hacer de bombero mandando hacia la pareja olas enérgicas de blanca espuma para apagar tal incendio pero ni Neptuno podía controlar semejante volcán.
Y eso que no podriamos decir que la Kerr fuera una sex symbol al estilo de Ava Gardner o Rita Hayworth, que podían encender cigarros habanos con la mirada. No, ella era de la elegancia de Audrey Hepburn o Grace Kelly. Elegancias "europeas" al estilo Catherine Deneuve, por eso viéndola tan entregada, infiel y apasionada... pues que te acelera más el corazón!
Volviendo al asador y a tan memorable chuleta, el sabor que dejó en boca hizo que no pidiera postre, para seguir disfrutandola diez minutos más.
Hasta el ultimo toque, el del café... estaba cuidado con mimo.
Asador Olaverri, donde la chuleta te sabe a beso de película. Gracias por tales sensaciones.
Asador Olaverri
Santa Marta 4
948.235.063.
Pamplona
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